Si bien febrero es el mes más corto del año, todo parece que en un corto plazo lo empezaremos a extrañar. Es que de acuerdo a los registros se despide con un promedio de precipitaciones en la zona núcleo de 147 milímetros, y además poniendo fin a la intensa ola de calor que tuvo lugar en la segunda quincena de enero.
En la zona de producción de granos de alto rendimiento, los cultivos venían muy bien, pero la ola de calor desmejoró ostensiblemente la condición de las plantas, haciendo dudar respecto a los rendimientos que en esta zona se alcanzarían.
Durante el corto mes llovió una buena cantidad, que según la Bolsa de Comercio de Rosario alcanzó la media de lluvias del mes de los últimos 30 años: “Febrero llevó alivio a los cultivos afectados por la ola de calor, pero no alcanzó para reponer los potenciales de rinde de inicios de campaña”, dijeron desde la red GEA que analiza lo que sucede en la zona núcleo (Norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sureste de Córdoba).
Es que si bien están pronosticadas lluvias para los próximos días, la tendencia climática para los próximos meses no es alentadora, ya que todo parece indicar que a febrero lo vamos a extrañar. Uno de los principales centros de estudios climáticos del mundo que realiza un seguimiento del fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), prevé que se viene otra fase “Niña” en 2024/25, la cual suele promover restricciones hídricas en la mayor parte de las zonas agrícolas argentinas.
La otra buena noticia que dio febrero tiene que ver con las reservas de humedad, que se recuperaron a causa de las lluvias: “Las reservas de agua aumentaron respecto de la semana pasada. Van desde adecuadas a excesos en el norte de la región, mientras que en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires se mantienen las condiciones regulares de humedad en el perfil del suelo. Allí se necesitan, en los próximos quince días, acumulados de 20 a 60 mm para alcanzar el estado óptimo de los perfiles” explicaron desde la entidad rosarina.
Para contrastar contra lo que dejó la campaña anterior, vale recordar que en esta misma fecha, las lluvias acumuladas sobre la región núcleo apenas alcanzaban entre el 10 y el 50% de los valores mensuales medios estadísticos, y se necesitaban de 50 a más de 100 milímetros para alcanzar el promedio de lluvias de febrero de los últimos 30 años.
El centro sur de Santa Fe y el este de Córdoba fueron las zonas con los mayores milimetrajes, superando 150 mm. Según datos de la Red de estaciones Meteorológicas de la BCR: Montes de Oca registró 266 mm; Pozo del Molle, 241 mm y Carlos Pellegrini 243 mm. Noetinger marcó 192 mm y Colonia Almada, 191 mm.
El norte bonaerense logró superar los 100 mm, donde los mayores acumulados se registraron en Lincoln con 172 mm; General Pinto con 161 mm y Baradero, 150 mm. Solo un sector del sur de Santa Fe quedó por debajo de los 100 mm: Rufino acumuló 98 mm y Maria Teresa, 90 mm.
Sin embaro, desde el equipo técnico comandado por Cristian Russo, recalcaron que si bien las lluvias fueron generosas, llegaron tarde: “A pesar de la recuperación de los cultivos tras las lluvias de febrero, no se pudo recobrar el rinde perdido por la intensa ola de calor que azotó a la región hacia fines de enero y principios de febrero”.
Para los especialistas, hubo una mejora en la condición de la soja de primera en la última semana: Subieron 15 p.p. los lotes entre excelentes y muy buenas condiciones, totalizando 75%. “Hay 22% de lotes en buenas condiciones, pero sigue habiendo un 3% de lotes en condiciones regulares”, manifestaron desde la BCR.
Empero, se percibe una mejora en las condiciones de soja de segunda, con un 40% de los lotes entre excelentes y muy buenos. “Hay un 50% en buenas condiciones y un 10% regulares. El rinde promedio de la soja en la región está estimado en 36 qq/ha” afirmaron.
En cuanto al maíz tardío, hay lotes en que las lluvias cayeron unos días antes de floración, por lo que se ven en mejores condiciones. En otros, las precipitaciones llegaron tarde y se empiezan a ver espigas muy afectadas con falta de granos por mala fecundación. “Los maíces tempranos pudieron sortear la ola de calor, ya que se encontraban en la última etapa de llenado de granos, y las lluvias permitieron completar esa etapa. Se empiezan a ver los primeros lotes cosechados en la región”, remarcaron desde la entidad.