A partir del 1 de enero de 2025 no podrán ingresar al territorio de la Unión Europea (UE-27) productos agroindustriales provenientes de zonas que hayan sido deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020. Los bienes comprendidos en la medida son aceite de palma, carne vacuna, soja, café, cacao, madera, carbón vegetal y caucho, así como productos derivados de los mismos.
Los integrantes de la cadena agroindustrial paraguaya y especialmente la ganadera están por demás preocupados porque avizoran que la medida podría transformarse en una barrera comercial.
El pasado 13 de febrero de 2024 representantes de los principales gremios agropecuarios de Paraguay se reunieron en Asunción con Javier Giménez, Ministro de Industria y Comercio de esa nación, y el canciller Rubén Ramírez Lezcano, para analizar los riesgos presentes en la iniciativa europea.
Allí los funcionarios explicaron que, si bien realizarán todos los esfuerzos –relativos a la trazabilidad de las operaciones– que estén a su alcance para evitar un perjuicio comercial en materia de exportaciones a la EU-27, por otra parte iniciaron ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) un reclamo formal, junto a EE.UU., India y Colombia, contra la Unión Europea. El pedido cuenta con el apoyo de Brasil y la Argentina, entre otros países.
La región Occidental del país –el Chaco paraguayo– es una zona tradicionalmente ganadera con un enorme potencial de crecimiento a partir de la expansión del área agrícola. Empresas locales, al igual que brasileñas y argentinas, están llevando a cabo grandes desarrollos en la zona.
La cuestión es que es muy probable que la UE-27 instrumente, cuando esté operativa la nueva resolución, mecanismos que penalicen los productos originados en el Chaco paraguayo, lo que representaría un claro obstáculo para el desarrollo económico y social de esa región del país.
En el marco de las reuniones e intercambios que se están llevando a cabo para estudiar el tema, los representantes de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) decidieron dar un paso más y diseñaron una campaña de comunicación internacional para manifestar su enojo y preocupación sobre la normativa de la UE-27.
“Imagina dejar de probar y consumir los mejores cortes de carne natural de Paraguay. Si se mantiene el reglamento UE 1115/2023 (de la Unión Europea) ¡Ustedes se lo pierden!”, señala la campaña gráfica de la ARP destinada a los consumidores europeos.
El hecho es que el embajador de Francia en Paraguay, Pierre-Christian Soccoja, no tuve mejor idea que publicar un tweet, dirigido a la ARP, en el cual indica: “Cuando vengan a Francia ‘no se lo pierdan’ y disfruten de una rica carne orgánica de origen contralado (sic)”.
Además de ni siquiera tomarse la molestia de revisar la gramática y ortografía del mensaje en cuestión, el embajador claramente publicó el tweet para burlarse de la campaña de comunicación de la ARP y, por extensión, de las genuinas preocupaciones de todo el sector ganadero de Paraguay.
Ya sea porque advirtió el error por cuenta propia o porque alguien más se lo haya marcado, Pierre-Christian Soccoja borró el tweet, pero ya era tarde, porque numerosos usuarios de la red social X (ex Twitter) habían ya tomado una captura de la bravuconada.
El problema está muy lejos de tratarse de una preocupación paraguaya, porque la normativa de la UE-27 también puede llegar a comprometer las exportaciones brasileñas y argentinas de carne bovina al mercado europeo.
Tienen razón los europeos.
Me parece perfecto que no compren carne provemienete de zonas deforestadas.