Después de varios días de calor intenso, incluso con alertas para varias zonas del país, finalmente están llegando precipitaciones que provocarán luego un descenso térmico. El nuevo cuadro detendrá el proceso visible de deterioro de muchos lotes agrícolas, donde la soja y el maíz fueron afectados por los calores intensos y la falta de humedad. Ahora habrá que volver a caminar esos lotes para evaluar el grado de daño provocado por la ola de calor.
Las lluvias en vastas zonas productivas comenzaron a caer justo cuando la Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundía su informe Perspectiva Agroclimática para el periodo comprendido entre el 8 y el 14 del mes en curso. Allí se anunciaba que las lluvias se presentarían en forma de tormentas y estarán concentradas principalmente en el sur y el centro del área agrícola argentina.
Sin embargo, esos mismos pronósticos advierten que continuarán los focos de calor sobre el norte del área, aunque el radio de acción de estas tormentas puede alcanzar zonas del centro y el NOA.
Como parte del evento climatológico, según este pronóstico, avanzará también una masa de aire polar y será la causa del descenso de temperaturas principalmente al oeste y sur del territorio. Mientras que el centro y el norte argentino los termómetros marcarán registros normales, incluso similares a los valores actuales.
Por lo tanto la zona agrícola del norte argentino, seguirá con temperaturas incluso, superiores a los 35 grados, en provincias como el Chaco, Salta, el norte de Corrientes y parte de Santa Fe. Por otra parte el sudeste de Entre Ríos, gran parte de la provincia de Buenos tendrán como máximas hasta 30 grados de temperatura.
Asimismo el informe detalló que estas precipitaciones serán de variada intensidad y pueden llegar a ser de moderadas a abundantes. En le caso de la Región Pampeana se pueden llegar a acumular entre 25 y 100 milímetros de lluvia, mientras que en el centro del NOA, al noreste de Santa Fe y el sudeste de Buenos Aires los registros pueden ser de 150 milímetros y las temperaturas mínimas estarán entre los 15 y 20 grados.
Una situación bastante distinta se pronostica para el oeste del NOA, donde las precipitaciones puede ser escasas (menos de 10 mm) y los posibles focos tendrían valores moderados.
En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) celebró el regreso de las lluvias, pues las mismas marcan “el comienzo de un cambio climático crucial para los cultivos, especialmente para la soja de primera, que se encuentra en una etapa delicada de su desarrollo”.
Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, dijo que este frente de tormentas promete ser bastante homogéneo en la zona núcleo, y se extiende sobre las provincias de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sur de Córdoba y buena parte del resto de la región pampeana.
“Aunque la cobertura y la cantidad de precipitaciones pueden variar, algunos lugares ya han registrado acumulados cercanos a los 120 milímetros, con La Pampa y el centro de Buenos Aires evidenciando también significativas caídas de agua”, celebró.
La semana pasada se produjeron temperaturas que alcanzaron niveles récord en la región. Se registraron máximas por encima de los 42 grados en lugares como Carlos Pellegrini, y durante casi 90 horas, los termómetros superaron los 30 grados, lo que provocó un estrés considerable en los cultivos. Además, las mínimas nocturnas también fueron inusualmente altas, superando los 22 grados después del 31 de enero.