“Debemos trabajar para levantar el status sanitario a nivel nacional. Sé que no es de un día para el otro, pero no desactivemos lo que nos protege con una sanidad reconocida internacionalmente. Debemos lograr sumar otras zonas y no flexibilizar el resguardo sanitario de la zona sin vacunación”.
Con estas palabras, pronunciadas en el acto de inauguración de la exposición rural de Comodoro Rivadavia, el primero que brinda como presidente de CRA, el ruralista Carlos Castagnani intentó terciar en la polémica entre productores ganaderos de La Pampa y sus pares de la Patagonia. Los primeros han redoblado la presión sobre el Senasa para que desmantele la Barrera Sanitaria que desde hace 20 años impide el ingreso de carne con hueso desde el norte del país a las provincias sureñas, generando una suerte de mercado cautivo. Los patagónicos insisten en que esa veda sanitaria debe continuar, para preservar el status internacional de “zona libre de fiebre aftosa sin vacunación”.
La opinión del presidente de CRA es relevante en esta polémica porque hay ganaderos de cada lado de la barrera enrolados en esa entidad, que es la que más se ha vinculado con la lucha contra la aftosa a través de las fundaciones que funcionan muchas veces en las sociedades rurales de base.
Luego de mantener reuniones en Comodoro Rivadavia con dirigentes rurales de Chubut y Santa Cruz (no estaban los dirigentes de Río Negro, que suelen ser los más combativos en la defensa de la Barrera), Castagnani se manifestó a favor de la posición de los patagónicos, que es de una irrestricta defensa de su status sanitario como libre sin vacunación. En esa zona hay un stock bovino limitado, estimado en cerca de 2 millones de cabezas, y por eso faltan los asados (con hueso) y suelen ser mucho más caros. En el norte, donde hay mas de 50 millones de cabezas, todavía se aplica la vacuna. Sobran los asado, pero no se pueden vender al sur de la barrera porque podrían llevar consigo el virus.
Parece una discusión arcaica, porque finalmente en la Argentina no hay focos de fiebre aftosa desde 2006, casi 20 años, ni tampoco se registra presencia activa del virus. Por esa misma razón, el diputado y productor pampeano Martín Ardohain, el primo de Pampita, presentó un proyecto de ley para levantar directamente la barrera. En estos tiempos de desregulación y libre comercio, eso suena muy tentador.
Los patagónicos, que estuvieron analizando esta ofensiva en una reunión en Comodoro Rivadavia, replicaron que si La Pampa quiere vender asado con hueso a la Patagonia, lo que tiene que hacer es mejorar su estatus sanitario, dejando de vacunar como el resto de las provincias sureñas. Luego de dos años, si no aparecen casos, podrá reclamar a la Organización Veterinaria Mundial (la OMSA) que le otorgue el nuevo estatus. Eso le permitiría vender su carne no solo en el sur del país sino también en países del circuito no aftósico, como Japón o Corea.
Castagnani se pronunció claramente a favor de esta segunda opción, que implica comenzar a dejar de vacunar en zonas determinadas, de modo de ir modificando la condición sanitaria y comercial de las mismas. Es decir, nivelar para arriba y no para abajo. Es lo que está haciendo Brasil, que ya ha dejado de vacunar contra la aftosa en diferentes estados, incluso en los limítrofes con la Argentina.