Mientras que en el sector norte de la región pampeana las reservas de agua útil son buenas a óptimas y los cultivos de soja y maíz en general evolucionan favorablemente, en el sur de dicha zona el panorama es muy diferente.
Las reservas de agua en el tramo inferior de la región pampeana no sólo se están agotando, sino que además los pronósticos meteorológicos indican que no recibirían lluvias importantes hasta bien entrado el mes de febrero.
En tanto, el pronóstico de largo plazo, elaborado en base a cinco modelos climáticos por el International Research Institute for Climate and Society de Columbia Climate School (IRI) a partir del registro histórico comprendido entre 1991 y 2020, muestra que las precipitaciones en la zona pampeana serían inferiores a la normales entre febrero y abril de este año.
Si bien el sector sur de la zona pampeana, en términos relativos, fue el menos “golpeado” por el desastre climático registrado en 2022/23 y en muchos casos logró obtener una cosecha de granos finos abundante, no tiene un gran margen para afrontar pérdidas productivas en un contexto de precios de los granos declinantes con costos y presión tributaria creciente.
En muchos lotes del sur de la zona pampeana los cultivos de maíz temprano y soja de primera están atravesando el período crítico de formación de rendimientos, lo que no representa una buena noticia para las zonas que escasas reservas hídricas.
La zona, por otra parte, es la mayor área productora de trigo y cebada de la Argentina y el hecho de comenzar la campaña fina 2024/25 con escasas reservas de agua no constituye un factor alentador si se tiene en cuenta de que el pronóstico del IRI menciona la posibilidad de que se presente nuevamente una fase “La Niña” en el segundo semestre de este año.
En lo que respecta a la ganadería, el cultivo de maíz en el sur de la zona pampeana es un factor crítico para confeccionar reservas invernales de planteos de cría, invernada y tambos.