El Estado a veces da vergüenza ajena, especialmente cuando está en manos de gente que no está a la altura de las circunstancias ni es capaz siquiera de explicar a cara lavada sus propias decisiones. Es el caso del ex subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Secretaría de Agricultura, Luciano Zarich, de quien ya hemos escrito mucho porque fue quien montó el andamiaje para controlar las exportaciones de carne durante el anterior gobierno.
El 18 de julio de 2023, Bichos de Campo informó que el mencionado Zarich había decidido nombrar a su amigo Pedro Lavignolle, otro funcionario de carrera del Estado, en el estratégico cargo de Director Nacional de Control Comercial Agropecuario que él mismo había ocupado desde marzo de 2021 y que había dejado vacante cuando Sergio Massa asumió en Economía y decidió modificar la estructura de la degradada Secretaría de Agricultura. Una de sus decisiones fue unificar la ex ONCCA con Mercados Agropecuarios. Massa nombró allí a Zarich, en apariencia como premio a su buena labor como ideólogo del cepo a las exportaciones de carne vacuna.
A su vez, el fortalecido Zarich decidió recurrir a su amigo para cubrir el cargo vacante como director de la ex ONCCA, un puesto que alguna vez llegó a ocupar el ex titular de la AFIP del kirchnerismo más duro, Rocardo Echegaray.
“Con este nombramiento en un puesto clave, luego de casi un año de vacancia y a pocos meses del cambio de gobierno, Zarich devolvería las gentilezas a los Lavignolle (tanto Pablo como su hermano Raymundo, el ex titular del INASE), quienes lo refugiaron en el Instituto de Semillas entre 2015 y 2019, cuando su nombre era mala palabra para la gestión de Cambiemos en Agricultura”, recordaba aquella nota de Bichos de Campo de mediados del año pasado. La información era cierta y comprobable, pues Zarich ya había presentado públicamente a Lavignolle como nuevo titular de la ex ONCCA.
Frente a esta noticia sobre el ascenso de su amigo, Zarich eligió no confirmar ni desmentir la información, sino que simplemente ocultó las cosas para que no se hable más del asunto. Santo remedio: Pedro Lavignolle asumió en el puesto pero su nombramiento se demoró varios meses, quizás para ocultarlo también a la opinión pública.
Recién ahora nos enteramos que la designación de Lavignolle se hizo efectiva a las pocas horas de que el presidente Javier Milei asumiera como Presidente de la República, el 10 de diciembre de 2023. Sucedió el jueves previo, 7 de diciembre.
En efecto, la Resolución 512/2023 -que no fue publicada en el Boletín Oficial- había asignado tres días antes del cambio de gobierno al señor Don Pedro Lavignolle un cargo Nivel A, Función Ejecutiva I (una de las máximas posibles en la función pública) como “titular de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario”, tal como había informado este medio cuatro meses antes.
La resolución llevaba la firma del ex secretario, Juan José Bahillo. Coincidía con otra nota de Bichos de Campo que decía que tanto Zarich como sus colaboradores más estrechos -entre ellos Pedro- pretendían seguir en sus puesto durante la nueva gestión de Fernando Vilella, el titular de Agricultura designado por Javier Milei.
¿Cómo nos enteramos ahora? Porque el propio Vilella, que resistió ese embate y designó al joven ganadero Matías Canosa para hacerse cargo de todo ese sector, acaba de firmar la Resolución 9/2024, que fue publicada ahora sí en el Boletín Oficial, como corresponde a un gobierno que, al menos por ahora, no oculta las trapos sucios bajo la alfombra.
En la resolución se dice que el mencionado Lavignolle, amigo de Zarich, “ha presentado formalmente su renuncia al desempeño de dichas funciones a partir del día 16 de diciembre de 2023”. Por lo tanto Vilella decidió aceptarla. Y así Lavignolle batió un increíble récord, pues duró en su puesto como titular de la ex ONCCA entre el 7 de diciembre y el 16 de ese mismo mes. Es decir, solo 9 días corridos, con dos fines de semana incluidos.
Seguramente, de todos modos, el favor que le hizo su amigo Zarich le servirá para acumular antecedentes e ingresos en su foja de servicios pare el Estado. Donde prosigue trabajando, seguramente a la espera de nuevas oportunidades.
Es tal cual, el INASE es una guarida de kirchneristas y sus amigos. Y asi será por lo visto