Martín Lema es el director nacional de Biotecnología y además preside la CONABIA (Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria), que es la encargada de evaluar y autorizar qué especies manipuladas genéticamente pueden salir al mercado.
Hasta aquí, desde que autorizó la soja RR en 1996, ese organismo regulador no parece haber errado en la aplicación de criterios científicos para la liberación de eventos “transgénicos”: a nadie le crecieron tetas ni le salieron cuernos tras veinte años de cultivos transgénicos. Pero ahora a la CONABIA se le viene encima todo el vendaval de productos surgidos de la “edición génica”. Según informó Lema a Bichos de Campo, ya hay 17 investigaciones en curso que han conseguido el aval del organismo.
Ver Santiago Del Solar sobre la edición génica: “La clave es que requiere menos regulaciones”
Esta nueva herramienta científica debería ser más “democrática” y accesible a los países en vías de desarrollo, porque requiere una menor sofisticación en laboratorio que la transgénesis conocida hasta ahora. Entonces, un grupo de países entre los que se encuentra la Argentina cree que la edición génica debería enfrentar menos trabas regulatorias a la hora de lanzar una variedad al mercado.
Lema, nuestro propio regulador, abona esta posición más flexible frente a la nueva camada de cultivos o animales mejorados por vía de la edición génica. Entiende que con esta tecnología no se le hace un cambio a las especies que no pueda ocurrir de forma natural y espontánea. “Todos los alimentos que consumimos hoy son mutantes de su especie originaria ancestral”, explicó Lema. Cree que la edición génica solo viene a acelerar procesos como parte de la evolución ante un ambiente cambiante.
Ver Sergio Feingold, del INTA: “La edición génica no es como hacer cerveza artesanal”
En esta entrevista con Bichos de Campo, Lema contó que la Argentina ha sido uno de los países pioneros tanto en la regulación de la biotecnología agrícola, allá en los primeros años noventa, como ahora con la adaptación de las normas para la aprobación de los productos de la edición génica. Incluso, dijo, el esquema de regulación adoptado por la CONABIA fue adoptado por otros países de la región, como Colombia, Chile y hasta Brasil.
Aquí la nota completa con el director nacional de Biotecnología:
La edición génica, como su nombre lo indica, no implica traer genes de otras especies a un determinado ADN, sino editar ese ADN para generar mutaciones inducidas en determinados lugares. Esto evitae que se expresen características indeseadas. Puede suceder con la toxicidad a un herbicida o que las papas no se amarronen al cortarse, aumentando su vida útil en la cocina. esto es algo concreto en lo que está trabajando el INTA.
Lema explicó que la edición génica permite superar una etapa de mutaciones inducidas, que se hacían por rayos o por químicos. Aquello vendría a ser como poner un ADN en una coctelera y después ver si se por casualidad se logró dar con la característica que se buscaba.
muy importante dar a conocer lo nuevo en biotecnología.