Suelen verse molinos abandonados en muchos campos de la Argentina, pero también existen muchos que siguen en funcionamiento y que cada tanto requieren de reparaciones. Los productores lo saben: el de molinero es un oficio rural difícil de conseguir en estos tiempos. Pero si ya resulta complicado dar con la persona que sepa arreglar esos equipos, imagínense encontrar a alguien que los fabrique. Los Hermanos Mantovani, en San Justo, son tercera generación, gozan de muy buena salud y hasta innovan para permanecer en el negocio.
Son tres los hermanos Mantovani: El mayor se llama Mauricio, el del medio José Luis y el benjamín, con el que hablamos porque es el que se da más maña para eso, se llama Daniel.
-¿En serio que son tercera generación de fabricantes de molinos?
-Exactamente. Somos una empresa familiar que siempre se abocó a lo que es el molino. Y bueno, hoy nos toca estar al frente como tercera generación. Esto empezó a mediados de 1940, donde nace la firma Matovani Hermanos. Fuimos uno de los precursores en lo que sería la introducción del molino a la Argentina. Si bien ya había entrado de mano de otros importadores, nosotros empezamos con un producto de origen nacional, desarrollado y bueno fabricado acá en Argentina.
-¿Fabrican los molinos tradicionales que vemos nosotros al ir por las rutas?
-Solo con la diferencia de que fueron adaptados. El mercado argentino por ahí difiere de lo que es el molino norteamericano, porque las situaciones climáticas son distintas y, en lo que es el agua, la extracción también difiere bastante.
-¿Y en qué difiere?
-La profundidad de los vientos. Acá ,sobre todo lo que es la zona litoral argentino, los vientos son muy leves comparado con otros países. Por eso nosotros desarrollamos un producto que se adapta a la zona y que es muy liviano. O sea, hacemos molinos de nueva generación. No son esos bichos grandes de ruedas inmensas, sino que es un molino más compacto pero con la misma potencia.
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El objetivo inicial de instalar un molino siempre fue el de extraer agua de las napas para que el fluido esté disponible no solo para los pobladores de un campo sino fundamentalmente para las vacas y otros animales menores. En el diseño original, las aspas se mueven con el viento y a partir de allí movilizan una serie de engranajes que terminan haciendo funcionar una bomba que succiona el agua.
“El principio de todo es convertir la fuerza del viento -que la capta la rueda- en un movimiento rectilíneo que sube y baja, y hace accionar lo que es una bomba. La bomba puede estar sumergida dentro del agua o bien puede succionar desde determinada altura. El principio es sencillamente fácil. Pero bueno, está la innovación. ¿Cómo hacer funcionar ese movimiento?”, pregunta el menor de los Mantovani.
El dilema de los fabricantes de molinos entonces no es sencillo: ¿Cómo optimizar la fuerza del viento y aprovecharla para que la bomba pueda hacer el mayor esfuerzo incluso con poco viento?
-Me imagino que hay que diseñar las aspas de determinado modo…
-Hay que buscar el tamaño que se adapte a cada situación. Por eso nosotros siempre nos centramos mucho en lo que hay en la zona litoral, donde prácticamente nacimos como empresa y nos fuimos expandiendo. Obviamente en el resto del país también vendemos, de norte a sur.
-¿Y sigue habiendo demanda de molinos?
-La demanda sigue estando vigente, sobre todo cuando este últimos año se implementó mucho lo que son las bombas solares, además de las bombas eléctricas, que son un complemento ideal para tener un molino.
-¿Entonces no ven las bombas solares como una competencia sino como complementarias?
-Una tecnología complementa a la otra. Y sobre todo algo que nos gusta promover a nosotros, sobre todo para cuidar al ganadero, es que el productor debe saber cuándo utilizar una y cuándo utilizar otra. Porque por ahí puede terminar arruinando el agua, y eso es fundamental, repercute en lo que sería el bienestar animal.
-¿Entonces no los asusta la competencia de las bombas solares que extraen y que reemplaza el molino?
-Hay espacio para todo en este mercado, sobre todo en Argentina, que es muy extensa. Pero como decía, la idea es promover un poco más información, saber cuándo utilizarlas, cuando es conveniente para no arruinar el agua. Por ahí una bomba de extracción es muy potente y eso termina perjudicando el agua, la contamina por la intrusión salina. El molino lo que tiene es algo que está funcionando constantemente cuando haya viento. La otra tecnología depende por ahí más de una época donde haya sol o menos sol. El molino sigue estando vigente porque es algo mecánico que no requiere circuitos ni electrónica. Estamos en la Argentina y esas cosas a veces son difíciles de conseguir.
-Hay un montón de gente que se queja, lo escucho mucho en el campo, que no consigue a nadie que le arregle el molino. ¿Ustedes no se dedican a eso?
-Actualmente no estamos dedicados únicamente lo que es la fabricación, pero también estamos trabajando en conjunto con el INTA para poder capacitar personas que se puedan dedicar lo que la instalación y mantenimiento, que es una problemática que sufrimos todas las empresas a nivel nacional. La mano de obra y capacitar a las personas que es algo que ya no es cada vez más difícil.
-¿Y es muy difícil hacer un molino o es sencillo?
-Tiene su complejidad, es un mecanismo que si bien en la práctica resulta fácil, una vez que uno lo desarrollo, lo produce. Pero detrás hay mucho estudio, mucho ensayo, prueba y error sobre todo para poder producirlo, porque es complejo, son muchas piezas. Hay cosas que hacen que termina siendo complejo en cierto punto.
-¿Cuánta gente trabaja con ustedes?
-Nosotros somos una pyme radicada acá, en San Justo. Somos una empresa de casi toda la familia y tenemos un par de empleados trabajando con nosotros. Somos una empresa chica, pero bueno, apostando al crecimiento, tratando siempre de evolucionar.
En este punto detenemos las preguntas sobre los molinos convencionales para concentrarnos en un equipo que, a pesar de tener aspas como cualquier otro, no parece nada común: es que tiene una suerte de generador eléctrico en medio.
Daniel nos responde que es “un proyecto que ya estamos finalizando” y que responde más a un generador eólico que a un molino convencional. Es decir que su objetivo no es extraer agua de la napa sino generar electricidad.
“Tomamos la característica principal, lo que sabemos hacer, que es el molino tradicional, donde la principal característica es el multi pala, quiere decir que es una rueda con muchas aletas, la cual posee mucha fuerza. En base a eso diseñamos un generador que se adapte a esas pocas vueltas que tiene la rueda pero la fuerza que puede otorgar siendo un molino”, nos explica.
-¿Es como esos enormes molino de viento, de aspas enormes que vemos en algunos campos del sur, sobre todo en la Patagonia, pero a la usanza pampeana, con las formas del viejo molino de campo?
-Exactamente un molino de generación de mediana y baja potencia, diseñada en el montar de un molino, lo que conlleva que se pueda utilizar en torres viejas de molinos. Siempre apostando por instalaciones rurales donde es difícil el acceso al tendido eléctrico. Esto está pensado para abastecer una instalación rural, una pequeña red donde la generación es de 1500 vatios. Podemos estar hablando de lo que sería una luminaria, un televisor, una heladera. Obviamente eso se puede ir complementando tranquilamente con otras tecnologías, como paneles solares. También la demanda eléctrica que uno requiera va en la instalación de baterías que se haga, porque esto está diseñado para generar energía, almacenarla y utilizarla con una la necesites.
-¿Así que la tercera generación de molineros ya está pensando en nuevos usos?
-Esto es un proyecto que empezó con mi padre, lo fuimos trabajando en conjunto, usando lo que sabíamos hacer. Al principio era tener algo para que podamos reutilizar nuestros productos: producir las piezas y que pueda ser un producto que llegue al mercado y pueda ser utilizado en el campo. El prototipo está en la etapa final.
-¿Tu abuelo no se debe haber imaginado que era posible con un molino producir energía?
-Ya había incursionado mi abuelo en una época en hacer un híbrido, tener un molino que tenga extracción de agua y a su vez generar energía. Tenía la idea por ese lado digamos. Pero bueno, no terminó resultando porque no se pueden mezclar esas dos tecnologías, no termina haciendo ni uno ni otro.