Este año, luego de la pesadilla experimentada en 2022/23, la mayor parte de los empresarios agrícolas argentinos esperan tener una “revancha” con la producción de soja. Pero para eso el primer paso es contar con una buena semilla, una mercadería que, precisamente, escasea por el desastre climático ocurrido en la última campaña.
Los primeros resultados analizados por la Asociación de Laboratorios Agropecuarios Privados (ALAP) muestran, como era esperable, un deterioro general de la calidad que en algunos regiones productivas resulta dramático.
“La cantidad de semillas fiscalizadas en la región pampeana será menor: si bien algunas zonas pudieron sortear los problemas con mayor holgura, en otras no se pudo prácticamente guardar casi nada y están complicadas”, señaló a Bichos de Campo Edgardo Motto, gerente de la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (Casem).
En abril pasado las autoridades del Inase habilitaron la posibilidad de inscribir fuera de término lotes de semilla de soja de segunda multiplicación con el propósito de contribuir a incrementar la oferta disponible de semilla. Pero, a pesar de eso, la disponibilidad es limitada por el enorme impacto del desastre productivo.
“Resulta difícil hoy encontrar semillas con valores elevados de poder germinativo y vigor; en algunos casos que se han guardado semillas que, a medida que se iba chequeando su calidad, la misma iba descendiendo de manera progresiva porque el daño provocado por el desastre climático fue por demás significativo”, explicó Motto.
Este año los multiplicadores tuvieron un trabajo intenso para seleccionar y analizar las partidas que, de acuerdo con las condiciones experimentadas en la última campaña, son las mejores posibles en función de las circunstancias.
“Desde Casem siempre promulgamos la compra de semillas fiscalizadas porque es un seguro para el productor, especialmente en un año tan difícil como éste, en el cual no será sencillo encontrar partidas de semillas con buena calidad”, indicó el gerente de la entidad que agrupa a los multiplicadores.
En caso de emplear semilla de propia producción, resulta obviamente indispensable realizar análisis de la semilla por emplear para evitar implantar cultivares con calidades inaceptables.