La publicación este viernes, mediante la Resolución 304/2023 de la Secretaría de Agricultura, que contiene un listado de cerca de 40 empresas ganaderas que cobrarán 78 millones de pesos como subsidio para engordar a unos 4.000 bovinos, es la confirmación cabal del fracaso del plan que elaboraron Sergio Massa y su secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, para ayudar a los productores en medio de la sequía y asegurarse una buena oferta de carne vacuna para esta época del año, que asegurara bajos precios para la carne en estos días de elecciones primarias.
Nada de lo que planificó el subsecretario de Ganadería, José María Romero, desde la poltrona de su despacho porteño finalmente sucedió. El plan denominado Programa de Fortalecimiento Productivo Argentino En Corral, esperaba que unos 5.000 productores llevaran sus animales a los feedlots, porque allí el Estado compensaría una parte importante de sus costos de alimentación por un plazo de 120 días.
Todo estaba cuidadosamente armado. La iniciativa se anunció a mitad de febrero y se implementó algunas semanas más tarde. El plazo de cuatro meses coincidían con la realización de las PASO de este domingo. Se iban a gastar casi 15.000 millones de pesos para engordar unos 180 mil animales, para que así creciera 25% la oferta de carne y que estuviera barata a la hora de votar.
Ahora Massa y Bahillo están pasando por un nuevo papelón, pues su plan fue un verdadero fracaso y la hacienda y la carne vienen sufriendo fuertes aumentos que pegan de lleno en la población. Por supuesto, en plena campaña electoral, oficialmente nadie se hace cargo de este estrepitoso fracaso.
La resolución de este viernes, que se suma a otra publicada a fines de junio y que favoreció a solo 45 empresas con 88 millones de pesos, autoriza el pago de las compensaciones a otra tanda de 41 empresas ganaderas, la mayoría de las cuales metió en el sistema el tope máximo de 100 vacunos por productor. En total cobrarán 78,5 millones de pesos, menos que en el primer pago. La suma de ambos pagos queda muy lejos de los pronósticos iniciales de las autoridades. La oferta de carne subsidiada no le hace ni cosquillas al mercado. Esas 8.000 cabezas que comieron maíz y soja subsidiados no sirven ni para llenar los corrales del mercado de Cañuelas un día de operaciones.
Los productores de esta segunda tanda son los siguientes:
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Además de tener un pésimo diagnóstico, en la Secretaría de Agricultura todo se hizo mal y con evidentes atrasos. El anuncio de Massa sucedió el 13 de febrero. “A fin de morigerar los efectos de la sequía, los productores podrán acceder a subsidios por hasta el 40% del alimento necesario para la terminación de los animales en feedlot. Esto permitirá a los productores tener una mejor alternativa de terminación y engorde, y también recuperar el estado corporal de las vacas madres. Se estima un ingreso de 180.000 animales por mes, ingresando unos 5000 nuevos productores”, exageró Economía en aquel primer informe del “Programa en Corral”
Más de un mes después, el 23 de marzo, Agricultura emitió la reglamentación específica para acceder al beneficio, a través de la resolución 321/2023. Allí de definió que se financiaría parte del alimento necesario para engordar unas 720.000 cabezas de ganado, a razón de 180 mil por mes. Y que cada productor beneficiario recibiría 5.200 pesos mensuales durante cuatro meses por cada cabeza, alcanzando una ayuda total de 20.800 pesos en el período de engorde. En ese momento se definió que para financiar el programa se destinarían 14.976 millones de pesos, provenientes del Fondo Incremento Exportador conformado por los ingresos provenientes de las dos ediciones del denominado “dólar soja”.
Ahora, “habiendo operado el término de cada período parcial de 30 días corridos del plazo de inscripción establecido” en aquella resolución reglamentaria, los productores que se inscribieron fueron validados por la AFIP y el Senasa, pero quedaron muy lejos del potencial deseado. Por ahora suman menos de cien y aunque podría sumarse alguna otra tanda, nadie cree ya que sean muchos más que esos y mucho menos achiquen las diferencias con los 5.000 que planeaban subsidiar Massa y su equipo. Por ahora se llevan gastados 166 millones, apenas 1% y monedas del presupuesto asignado.
Por lo menos en este caso no hay que lamentar tanto gasto público ineficiente.