El escenario es así: Es viernes, segundo día de Agroactiva 2023 en Armstrong, Santa Fe. Jorge Chemes, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) llegó temprano y hace tiempo para el acto inaugural, al cual fue invitado. Detrás suyo, un montón de personas -la mayoría productores agropecuarios, técnicos o estudiantes de escuelas agrotécnicas-, que ingresan a la muestra en tropel, como si fuera a agotarse lo que allí se vende.
Pero la verdad es que la mayoría no puede comprar nada, porque a todos de diferente manera les ha pegado el dramático año de sequía generalizada -que redujo la producción a casi la mitad-, y que se ha agravado con una crisis económica e inflacionaria que remonta a las peores épocas de la Argentina. ¿Entonces qué es lo que sucede? Al cierre de la Agroactiva, el sábado por la noche, se confirmaron más de 200.000 visitantes en cuatro días.
-Jorge, explicame esto… ¿Qué genes raro tienen los productores agropecuario que después del palazo que se comieron con la sequía acuden como si vinieron a comprarse todo?
-Yo primero vengo con el vendaval. Soy productor y ojala pudiera ser claro para explicarte. Este es el el extraño fenómeno que se produce en el campo, donde el productor siempre quiere ver lo último en tecnología, quiere ver lo último en maquinaria.
-¿Pero aunque no tenga plata para comprarla? Es como “la ñata pegada al vidrio”.
-Exacto. Por esa causa es que después de las crisis que tenemos, el campo vuelve a sembrar, vuelve a producir más carne, vuelve a poner en marcha la producción, porque evidentemente el gen que tenemos los productores adentro es más fuerte que la realidad que nos toca vivir. Es más, hay un chiste sobre un tambero que muere y va al cielo. Le preguntan qué quisiera ser si volviera a nacer y responde que empezaría de nuevo siendo tambero, después de todo lo que pasó.
Mirá la entrevista a Jorge Chemes:
“Esto está demostrando que evidentemente lo que uno siente en la producción aparentemente es mucho más fuerte que las crisis”, repite Chemes, como autoconvenciéndose de que lo que estamos viendo es real.
-Me parece a mi o Sergio Massa y los políticos en general, ahora usan la sequía como argumento para renegociar la deuda con el FMI, pero no están tendiendo o siendo solidarios en la pérdida sufrida por los productores.
-Sin duda. Yo creo que es así. Es más, lo manifesté en una nota de opinión que justo ayer hice pública, donde digo que yo estoy convencido de que la política no le interesa al campo. Es más, tengo mis serias dudas de que realmente quieran que el campo progrese y se desarrolle. Digo la política porque en esto incorporo a todos los partidos.
-¿Todos?
-Creo que todos, no se tiene una real conciencia de lo que significa el campo. Sí, por supuesto, lo alaban, nos dicen que somos el puntal del crecimiento, bla bla bla, pero la realidad yo no sé hasta dónde llega ese compromiso por parte del sector político para que el campo realmente sea lo que se dice debe ser.
-¿Qué necesitan o qué le están pidiendo ustedes al gobierno que haga frente a esta situación?
-Políticas de Estado, lo que se necesita para este gobierno y cualquiera que realmente tome decisiones en materia de políticas agropecuarias, en este caso que sean claras y que incentiven la producción. No le pedimos más nada y que incentiven la producción y que se alivie de la carga impositiva. Hay tres puntos que venimos insistiendo, creo que hasta el cansancio y que la gente ya está harta de escucharnos, que es unificar el tipo de cambio, bajar las retenciones, aliviar la carga fiscal que tenemos y por supuesto, no intervenir más los mercados.
-¿Y se lo está pidiendo a este gobierno que se está yendo o al que viene?
-El énfasis lo ponemos al gobierno que viene. Digo, porque daría la sensación que hasta ideológicamente a este gobierno no le no le puede caber esto que estamos diciendo. Daría la sensación de que no terminó de entender en todo el ciclo que le tocó transitar.
Lamentablemente con el campo solo nos cagamos de hambre. Hace cien años el campo alcanzaba para darle de comer al país y enriquecer sus dueños. Hoy sólo pasa lo segundo y hay que rezar que no llueva mucho, que no haya seca, que no venga la langosta, que no se inunde, que el sol no tenga nubes y que no haga demasiado frío. Ni demasiado calor. Todo para vender una tonelada de producto 400 dólares. La producción industrial multiplica por cien ese ingreso en una superficie del 5% y sin depender del clima. El campo es nuestra alegoría del pobre y la vaca.
Otro p….. como daniel que habla sin tener la más mínima idea…así esta el país. PRIMERO a informarse bien.
Saludos.
Son llorones!