Gracias a la implementación de los “anabólicos cambiarios” del “dólar soja 3” y el “dólar agro” asociado a la originación de girasol, cebada forrajera y sorgo, el ingreso de agrodivisas en mayo pasado sumó 4212 millones de dólares.
De esa manera, en los primeros cinco meses del año 2023 el ingreso de agrodivisas –según informó Ciara-CEC– fue de 9449 millones de dólares, una cifra que, si bien está lejos de los números extraordinarios registrados en 2021 y 2022, está en línea con el promedio histórico.
El ingreso de agrodivisas, vale recordar, se sostuvo a pesar de que la Argentina registró en el ciclo 2022/23 uno de los peores desastres climáticos de su historia productiva a partir de heladas y sequías que se llevaron la mayor parte de las cosechas de granos finos y gruesos.
Si se analiza el ingreso de agrodivisas en términos constantes (base 2003), con dólares ajustados por inflación estadounidense, el ingreso en enero-mayo de este año fue de 5731 millones de dólares, una cifra similar al promedio registrado en el período comprendido entre 2018 y 2020.
El ingreso de agrodivisas medido en términos reales es útil para comprender que, debido a extraordinarias situaciones comerciales, financieras y geopolíticas, los precios internacionales de los commodities agroindustriales experimentaron alzas impresionante entre 2021 y 2022 que provocaron un ingreso enorme de dólares a la economía argentina en ese período.
También puede advertirse que, gracias al tipo de cambio especial de 300 $/u$s, el ingreso de agrodivisas registrado en lo que va del año puede considerarse normal en términos históricos, más allá de que, por políticas económicas inadecuadas, se esté registrando una escasez de divisas en la economía argentina, mientras que en los demás países del Mercosur se experimenta la situación inversa.