La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó de manera preliminar una cosecha argentina de maíz 2022/23 de 42,5 millones de toneladas –habrá que evaluar luego el impacto de las heladas tempranas– versus 51,0 millones en 2021/22.
Pero la distribución territorial de las pérdidas está concentrada en el centro y norte del país, mientras que la zona productiva sur apenas se enteraría que hubo un desastre climático.
En la región centro, con una producción estimada hasta el momento por la BCR de 30,2 millones de toneladas, se necesitaría en 2022/23 un volumen de 11,0 millones de toneladas para atender a las demandas internas (bioetanol, producción animal, molienda seca/húmeda, balanceados y semillas), lo que dejaría una oferta exportable del orden de 18,0 millones.
En cuanto a la región norte, en tanto, el 47% de su producción estimada (2,0 millones de toneladas) sería utilizado para la alimentación de ganado, mientras que alrededor de 150.000 toneladas serían destinadas a la industria, lo que implica que el volumen exportable se reduciría de manera significativa.
En lo que respecta a la región sur, el consumo interno de maíz calculado es de 2,20 millones de toneladas, lo que constituye el 27% de su producción estimada para la campaña 2022/23. La totalidad del consumo interno de la región sur es para la alimentación de ganado (particularmente vacuno), dado que esta región contiene cerca del 35% del stock de bovinos a nivel nacional.
En ese marco, los puertos de Bahía Blanca y Necochea no tendrían mayores problemas en originar cereal para exportar un proyectado de 7,30 millones de toneladas, parte del cual provendría incluso de la zona central del país.
Las regiones norte y centro destinarán a exportación 2,20 y 18,0 millones de toneladas en 2022723, respectivamente, lo que constituyen caídas de 32% y 23% en comparación con la campaña anterior. Mientras tanto, en la región sur esa caída interanual sería de apenas el 12%.