La posibilidad de la implementación de una tercera edición del régimen cambiario del “dólar soja” representa un dolor de cabeza adicional para aquellos productores afectados por la sequía.
La mayor parte de los contratos de alquiler de campos argentinos destinados a agricultura se realizan en quintales de soja por hectárea, los cuales suelen ser abonados mensual, bimestral o trimestralmente en función del valor promedio de la soja Rosario del período en cuestión.
Por tal motivo, si el precio interno de la soja, por efecto de una intervención puntual del gobierno nacional, se incrementa de manera sustancial, las empresas que siembran en campos de terceros pasan a tener un incremento imprevisto de costos. Y si eso se combina con un desastre productivo, entonces se arma un “combo” bastante complejo.
Si bien, en teoría, no debería haber problemas porque el “dólar soja” opera tanto en el ingreso de la empresa agrícola como en el costo del arrendamiento, en los hechos esa ecuación no es directa porque el precio ponderado de venta de soja de cada empresa es diferente en función del diseño de la estrategia comercial, que incluye ventas en diferentes períodos de tiempo y por medio de distintos instrumentos.
Para intentar desactivar ese problema, ya en la primera edición del régimen del “valor soja” el gobierno dictó una resolución en la cual se indica que todas las operaciones con soja en las cuales no tuviese intervención la exportación debían realizarse sin considerar el impacto del tipo de cambio diferencial sobre la cotización de la soja.
En ese marco, la Secretaría de Agricultura comenzó a informar las cotizaciones del FAS teórico de la soja con y sin participación del “Programa de Incremento Exportador” (PIE).
La realidad es que ese artilugio administrativo tuvo poco impacto porque la “moneda” establecida en los contratos de alquiler es la soja y, como tal, el valor de la misma es el efectivamente recibido por las empresas agrícolas y no un precio teórico publicado por el Estado.
La noticia, si bien en principio afecta de manera directa a los productores que siembran en campos arrendados –que son la mayoría–, en realidad comprende a todo el universo de empresas agrícolas, dado que aquellas que producen en campo propio deberían, si hacen una gestión financiera y económica profesional, considerar el valor de oportunidad de la tierra para evaluar la viabilidad del negocio.
Los precios de los futuros de Soja Rosario Mayo 2023 ya tienen incorporados la posibilidad de un nuevo “dólar soja”, dado que, frente al desastre productivo, es la soja de primera 2022/23 la que debería cotizar mucho más alto que la de segunda o tardía y no a la inversa.
Lo que tambien deberian decir es q la mayoria de los campos arrendados q se siembran con maiz, tambien se pagan en quintales de soja. Y ahí se genera una mayor variabilidad en detrimento del arrendatario. Ovio porq paga en QQ dolar soja y lo q cosecha es maiz en dolar oficial
total mente cierto lo de Victorino
Hay que implementar una nueva política de arrendamientos más. Justa en la cual el propietario comparta los riesgos En. En porcentaje . Diferenciar calidad de lotes . Rastrojos de maní por ejemplo .
Habría que afinar el lápiz al momento de hacer contratos .
Es un arrendamiento no una sociedad , si al arrendatario le va bien no comparte las ganancias
Así es
Diga lo que se diga sobre los arrendamientos de los campos el propietario siempre tiene la razon, en estos momentos disfruta de todo el derecho de exigir lo que más le conviene si total atrás de un arrendador hay 20 esperando darle lo que pretende, la gran demanda por las tierras distorsiona cualquier buena voluntad y en estos casos no tiene la culpa el chancho, tómalo o déjalo.
lo de Octavio es lo más relevante. Oferta y demanda
Yo soy arrendatario y no siembro y resigno ganancias para no correr riesgos, tuve un caso en dónde el arrendador me abonó menos de lo pactado por tener un año no tan bueno pero el año anterior fue excelente, pero no sé lo volví a alquilar porque tengo inquilinos más serios y saben los riesgos q corren
El propietario pone precio a su campo, el arrendatario asume el contrato, si saca una super cosecha no dice ni a, ahora si sale gayareta se pone como loco.
Esto debería ser así te fue bien bueno aparta los granos para pagar y afronta el año, biene seco tu obligación esta en bolsa.
Hay que ser serio!!!