Desde hace un tiempo es una constante que los organismos de control y de seguridad publiquen noticias sobre el creciente contrabando de granos, en especial soja y maíz, hacia Brasil y también hacia Bolivia. Aunque son cifras insignificantes en función de los volúmenes que produce la Argentina, esta proliferación de operativos muestra dos situaciones bien definidas. Una es que hay tentaciones reales para sacar los granos del país (sobre todo la brecha cambiaria y la persistencia de altísimas retenciones).
La otra certeza es que a los organismos oficiales le gusta utilizar esas noticias para “demonizar” u “hostigar” a los productores agropecuarios, colgándoles el mote de evasores o contrabandistas a todos ellos.
Muchos productores se han defendido de esas insinuaciones con otra chicana dirigida a los organismos que intervienen en los controles en rutas y fronteras, en especial la Aduana, la Gendarmería y la Prefectura: dicen que de tanto controlar los camiones con granos se olvidaron del tráfico más grande y pesado de todos, que es el de drogas.
Pues bien, hoy quiso la suerte que estas dos situaciones se cruzaran. Fue cuando la Aduana informó que detuvo a dos personas que intentaban salir del país con… 87 kilogramos de cocaína ocultos en un camión cargado de maíz.
Prepárense los productores, pues ahora seguramente se los acusará no solo de intentar contrabandear granos sino además de cometer narcotráfico.
Vamos a la noticia concreta. La detención se produjo durante un control vehicular en el Paso Fronterizo Internacional Concordia-Salto. Curiosamente el camión implicado iba en sentido contrario a los que llevan soja a la frontera norte de Misiones para cruzarla a Brasil. “Las drogas de contrabando se encontraban en un camión de carga con matrícula paraguaya que realizaba un tránsito con origen en Paraguay y destino final en Uruguay”, indicó el organismo. Las dos personas detenidas eran paraguayas.
“El control del narcotráfico es una de las grandes prioridades de esta gestión y nuestra concepción de la Aduana no se reduce solamente al puerto de Buenos Aires”, dijo el titular del organismo, Guillermo Michel.
El relato del operativo luce como una crónica negra: “Cuando el vehículo se presentó en el Puente Represa Hidroeléctrica Salto Grande, exhibía matrículas paraguayas y una carga declarada de maíz a granel. Sin embargo, poco después la Aduana constataría que también traía algo más. En un primer momento, al chofer -quien se encontraba acompañado por una mujer que sería su pareja- se le pidió que pasara el camión por el escáner para realizar un control no intrusivo. Allí fue cuando agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP advirtieron en las imágenes algo que les llamó la atención. Por esa razón, convocaron a un binomio (can aduanero y guía a su cargo) a realizar una nueva inspección”.
Lo cierto es que el perro adiestrado para detectar drogas o dólares, que son iguales de malas, “inmediatamente empezó a marcar el semirremolque, exhibiendo un comportamiento compatible con la presencia de estupefacientes y/o divisas”.
Cuando el personal de la Aduana comenzó un control exhaustivo del vehículo, “la mujer que acompañaba al chofer se desmayó”.
Finalmente se terminó encontrando, ocultos en el piso del semirremolque, dentro de un doble fondo, 87 panes de cocaína de 1 kilo cada uno. La Aduana dio intervención al Juzgado Federal de Concordia, a cargo de Analía Ramponi, pero subrogado en la feria judicial por Federico Ángel Martín, Juez Federal de Primera Instancia de Victoria.
Se estima que el valor de la cocaína incautada asciende a 1.305.000 dólares. A valor oficial, ese millón de dólares equivale a 234 millones de pesos.
Con ese dinero se pueden comprar unas 3.000 toneladas de soja en la Argentina, un volumen que alcanza y sobra para llenar 100 camiones con soja y posiblemente contrabandearla hacia la frontera. Son bastantes más camiones de los que han venido deteniendo Aduana y otras fuerzas de seguridad en todos estos meses de álgidas denuncias contra los productores contrabandistas. Y todo, en un solo operativo.