La campaña comercial de girasol 2022/23 en la Argentina va camino a medirse –palmo a palmo– en el ámbito del mercado disponible porque son mínimas las ventas anticipadas realizadas por productores.
En pocos días más comenzará la cosecha de girasol en el norte argentino y las estadísticas oficiales muestran que el pasado 14 de diciembre apenas se habían vendido partidas de girasol 2022/23 por 135.300 toneladas, mientras que en la misma fecha del año pasado y de 2020 esa cifra era de 716.100 y 750.500 toneladas respectivamente. Incluso, de lo poco que se vendió por anticipado, casi la mitad aún tiene precio abierto pendiente de fijación.
Lo llamativo es que los valores ofrecidos de girasol 2022/23 con entrega en la zona de influencia de Rosario por la industria aceitera en los últimos meses son elevados en términos históricos.
Parte del poco interés vendedor se explica por la sequía, la cual, con mayor ímpetu en el norte argentino, impide calcular con precisión la cosecha final por obtener. Sin embargo, el cultivo evoluciona favorablemente en las zonas productivas de la región pampeana, lo que muestra que allí no son pocos los productores que estiman que será más conveniente sentarse arriba de la cosecha hasta ver pasar mejores precios.
Como las zonas pampeanas en las cuales se siembra girasol son justamente aquellos que vienen “zafando” de la sequía, el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que el 82% del área nacional del cultivo se encuentra en estado bueno a normal.
En el mercado internacional no hay buenas noticias porque los valores del girasol ya están por debajo de los niveles precios a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El valor FOB oficial del girasol argentino con embarque a partir de febrero de 2023 se encuentra en 1250 u$s/tonelada versus 1300 u$s/tonelada para la misma posición un año atrás. Buena parte de ese fenómeno se explica por la desaceleración de la demanda india.
En cualquier caso, más allá de cuál termine siendo la capacidad de pago de la industria aceitera –que en el frente interno debe gestionar un mercado regulado por el gobierno nacional–, la realidad de los precios se verá en función de la paciencia que pueda tener tanto la oferta como la demanda.