Datos oficiales indican que no existe peligro alguno de desabastecimiento interno de trigo porque al 1 de noviembre pasado las existencias del cereal en manos de operadores privados era de 2,56 millones de toneladas.
Se trata, por cierto, de una cifra inferior a las 3,28 millones de toneladas registradas en noviembre de 2021, pero superior a las 2,17 millones de octubre de 2020 y las exiguas 1,33 millones de toneladas presentes en octubre de 2019.
La gran cosecha argentina lograda en el ciclo 2021/22 –que fue de 22,1 millones de toneladas según datos de la Secretaría de Agricultura– permitió generar un gran volumen de divisas por exportaciones y abastecer el mercado interno con un stock final considerable para poder “empalmar” la nueva campaña 2022/23.
Los datos corresponden a mercadería depositada en acopios, plantas industriales y elevadores terminales portuarias de granos. No incluyen existencias en poder de productores. Los registros consignados surgen del Libro de Movimientos y Existencias de granos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
El gráfico, así como indica que no existe riesgo de desabastecimiento interno de trigo, es una señal de alerta sobre la disponibilidad futura del cereal, dado que, con una cosecha bastante inferior a la esperada en 2022/23 se requeriría incentivar la siembra de trigo 2023/24 con el propósito de recomponer reservas.
En ese escenario, todas las intervenciones oficiales orientadas a “divorciar” el precio interno del cereal respecto del internacional contribuyen a reducir el área de siembra y, por extensión, atentan contra la recomposición del stock interno del cereal.
En zona 9 de Julio precisamos 3 espigas para llenar una. Un desastre el trigo!!! La helada del 09-10 lo terminó de liquidar😢😢😢 pic.twitter.com/AcK2hH2NP1
— NicoRidley (@NicoRidley) November 2, 2022
Foto @NicoRidley