Con el objetivo de involucrar a la comunidad en las tareas de control y prevención contra la propagación del HLB (Huanglongbing), una enfermedad bacteriana severa que afecta a todas las variedades de cítricos de Argentina y el mundo, la Federación Argentina del Citrus (Fecier) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se encuentran realizando el ciclo “Nuestra escuela tiene Patrulla HLB”, un programa escolar de capacitaciones que busca fortalecer las medidas de precaución.
Se trata de la segunda edición de un programa que inició en 2021 y que llegó a más de 240 alumnos de diez escuelas rurales del norte del país. En esta oportunidad, con la colaboración de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), la Cámara de Exportadores de Citrus del Noreste Argentino (Cecnea), los gobiernos provinciales y los municipales, el ciclo apunta a extenderse y llegar a escuelas de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, Jujuy, Salta, Tucumán y Buenos Aires, alcanzando a 269 alumnos en menos de un mes.
“El HLB es una enfermedad endémica que no se combate con agroquímicos ni para la cual son suficientes las barreras sanitarias. Si la comunidad no tiene conciencia de la gravedad que supone el trafico de fruta o material verde, la importancia que tiene cuidar las plantas que uno tiene en jardines y traspatios, es absolutamente imposible generar una acción eficiente para controlar el vector, que es el trasmisor de la enfermedad, y a la enfermedad en sí misma. Los organismos sanitarios son necesarios pero no suficientes para el combate, hay que llevarlo a todos los eslabones de la comunidad”, dijo a Bichos de Campo José Carbonell, presidente de Federcitrus.
A través de esta iniciativa los alumnos de las escuelas aprenden a detectar síntomas en plantas (amarillamiento sectorizado), en sus hojas (moteado difuso, nervaduras amarillentas y tejido corchoso sobre las nervaduras), y en sus frutos (asimetría, cáscara más gruesa, maduración invertida y semillas vanas). También se concientiza sobre la importancia de adquirir plantas cítricas de viveros habilitados por Senasa, sobre la notificación temprana de síntomas sospechosos de la enfermedad y sobre la colaboración en el cuidado de los cítricos.
“Hemos hecho campañas en fronteras, en escuelas, hemos tenido colaboración de empresas vinculadas a la producción. Es un programa que debemos seguir llevando adelante porque esto no tiene fecha de vencimiento, lentamente avanza y que si no se toman los recaudos inevitablemente llega”, sostuvo Carbonell.