Cristina Kirchner y sus militantes suelen decir que las empresas que exportan soja son solo 9 y la mayoría extranjeras. Y aunque son en realidad algunas más, no deja de ser cierto que un puñado de corporaciones son las que concentran la molienda y la exportación de soja y sus subproductos. Con ellas arregló el gobierno un tipo de cambio especial de 200 pesos para septiembre, que en el mejor de los casos beneficiará a unos 45 mil productores de soja y a los dueños de los campos donde éstos siembran, que también suelen guardar el grano en los silobolsas.
Pero con el correr de los días también se ha visto que la decisión trae perjuicios para un montón de productores -quizás muchos más que los beneficiados- que utilizan la soja como insumo, en especial en raciones para alimentar a sus animales. Son sectores que en general vuelvan su producción al mercado interno y por lo tanto cobran en pesos. Los tamberos, los productores de cerdos, los de pollos y hasta los feedlots.
En este berenjenal, ahora descubrimos que la mejoría artificial del valor de la soja que provoca este tipo de cambio artificial ideado por Sergio Massa para conseguir una mayor liquidación de divisas (implica una suba del 40% respecto de las cotizaciones a dólar oficial) también afecta a otros productores que trabajan exclusivamente… con la soja.
“La reciente sanción del Decreto 576/2022, que dispuso la creación del
Programa de Incremento Exportador que estableció un tipo de cambio diferencial para el dólar que aplica a las exportaciones de soja (Dólar
Soja), disparó una avalancha de inequidades sobre todo el complejo agroindustrial que procesa soja para el consumo doméstico”, alertaron las empresas que conforman las cuatro cámaras de extrusoras de soja en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos.
En algún momento en Bichos de Campo llamamos a este sector “las pymes de la soja”, porque hacen lo mismo que las grandes industrias sojeras (moler el poroto para obtener aceite y harina), pero con otro método mecánico (el extrusado) y sin apelar a solventes. Son firmas chicas que se desparraman por todo el interior: obtienen de ese proceso menos cantidad de aceite pero un subproducto (el expeler) muy demandado por la alimentación animal.
Este es su comunicado:
COMUNICADO CAMARAS EXTRUSORAS ARGENTINAS
Las cámaras de extrusoras argumentan que la medida daña sus intereses porque “lo cierto es que el mercado de la soja es uno solo”, y no pueden dividirse los precios como propone el anexo del decreto que emitió la Secretaría de Agricultura. Esto es, según la propuesta oficial solo la soja vendida a las agroexportadoras sería beneficiada por el más alto precio cercanos a los 70 mil pesos que prometió Massa, mientras que el resto de los negocios (enfocados al mercado interno) deberían seguir conformándose con una soja que cotice a dólar oficial en unos 50.000 pesos.
“Las Cámaras empresarias que integran a las pymes extrusoras de soja del interior del país rechazamos el intento de desdoblar la referencia de precios del mercado de la soja, por considerarla arbitraria, voluntarista y distorsiva”, define este sector de pymes sojeras.
En rigor, ninguna de estas empresa cree que pueda encontrar a un productor dispuesto a venderle el grano a 50.000 pesos cuando podría venderlo a 70.000 a los exportadores. Por eso “advertimos sobre los impactos negativos que la medida está generando, sobre los costos de la industria pyme que abastece a las cadenas de producción animal que se trasladará inexorablemente a los precios de la carne, la leche, los huevos y el aceite comestible mezcla, de la canasta básica alimentaria”.
En Rosario, el lunes se realizará una reunión de todos estos sectores, para analizar la situación.
“Solicitamos se revea inmediatamente la aplicación de la medida, se mitiguen los efectos negativos y se articule con los actores de la cadena agroindustrial las acciones correctivas para retomar la normalidad”, dicen los extrusores, que también son sojeros pero no lo parecen.
Q pasa con el q arrienda campo, a q valor de soja se toma el alquiler para la campaña 22 / 23