Marcos Montes Cordeiro, ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, se enteró en una entrevista periodística que el Ministerio de Agricultura de la Argentina había sido recientemente degradado a una secretaría.
Cuando conversaba días atrás con Matías Longoni y Ezequiel Tambornini de Bichos de Campo, Montes hizo referencia al Ministerio de Agricultura argentino y un colaborador le indicó que ahora esa cartera correspondía a una secretaría dependiente del Ministerio de Economía.
“Me parece que el agronegocio merece un Ministerio”, afirmó Montes con honestidad total. “Hoy en Brasil es necesario que el Ministerio de Agricultura sea un organismo de primer orden”, añadió.
“Antiguamente no lo era, pero ahora sí, porque el sector agropecuario es el ‘soldado’ que está al frente de la balanza comercial brasileña”, explicó el ministro brasileño. Y los números le dan la razón.
En julio pasado, según los últimos datos oficiales disponibles, las exportaciones de bienes de Brasil sumaron un total de 32.675 millones de dólares, de los cuales casi el 44% correspondió al sector agroindustrial. El mes pasado –gracias al aporte del campo– Brasil terminó con un superávit comercial de 8814 millones de dólares.
Al igual que en la Argentina, el ranking de complejos exportadores en Brasil es encabezado por el sector sojero, pero, gracias a políticas económicas adecuadas, también son grandes generadores de divisas los sectores cárnico (vacuno, porcino y aviar), cerealero, sucro-alcoholero, forestal, cafetero y frutícola, entre otros.
En aquellos rubros en los cuales muestran desventajas competitivas, como es el caso del triguero o el lácteo, no se quedan con los brazos cruzados y sueñan en grande para poner manos a la obra con el objetivo de incrementar la oferta interna y, eventualmente, transformarse en exportadores (como hicieron dos décadas atrás con la carne bovina y están haciendo ahora con el trigo).
En la Argentina, en cambio, si bien el sector agroindustrial también es por lejos el mayor generador de divisas, el funcionario responsable de la cartera agrícola, ahora rebajada a una secretaría, tiene como principal preocupación acelerar la venta de soja por parte de los productores para recomponer las reservas internacionales del Banco Central (BCRA).
Y Juan José Bahillo, el secretario de Agricultura, ya avisó que no piensa hacer cambios en los cupos de exportación de carne vacuna y cereales, los cuales, insólitamente, podrían contribuir a generar un gran volumen de divisas con mayor facilidad.
No es extraño, en ese marco, que Argentina haya comenzado a registrar déficit comercial cuando tiene condiciones equivalentes a las presentes en Brasil y podría estar generando toneladas de divisas con exportaciones agroindustriales si las condiciones macroeconómicas fuesen las adecuadas.