Fue un triste comienzo de semana para los productores citrícolas del Litoral argentino. Este lunes, alrededor de las 7.30 de la mañana, una granizada que se extendió por al menos 15 minutos destruyó los frutales que estaban listos para ser cosechados en la zona noreste de Entre Ríos y sudeste de Corrientes.
Aún con una alerta meteorológica vigente, ningún chacarero pudo prever que el tamaño de las piedras superaría irónicamente al de las naranjas y mandarinas que destruyeron a su paso. Veinticuatro horas después las autoridades realizan relevamientos para conocer la extensión de los daños aunque ya adelantan que incluso parte de la producción de la próxima campaña estaría perdida.
“Fue un fenómeno nunca visto, incluso para la gente mayor que siempre ha vivido en el campo. Duró muchos minutos y fue de gran tamaño. Ha tocado a la producción entre un 50% y un 100%. La fruta está en el piso, rota, ya no sirve más. Estaba a punto de ser cosechada. Esto no sólo afecta a la producción de este año sino que la planta ha quedado dañada. Es muy probable que aquellos arboles pierdan su producción para el 2023, que es lo más lamentable”, dijo a Bichos de Campo Pablo Molo, actual presidente de la Federación de Citrus de Entre Ríos (FeCiER).
Las zonas más afectadas han sido el este del departamento de Federación y la localidad correntina de Mocoretá, aunque también se registró granizo en otros puntos del mapa como Viale.
Desde la Federación ya se ha entablado contacto con el gobierno provincial para realizar no sólo un relevamiento de todos los predios afectados sino también para concertar medidas de asistencia para aquellos que han perdido su producción.
“Sabemos que a la fruticultura hay que seguir invirtiéndole, aplicándole insumos. Sin producción eso se pone cuesta arriba. A eso hay que sumarle la mano de obra que perdemos en la zona, porque hay gente que se quedará sin trabajo al no tener qué cosechar”, alertó Molo.
Este fenómeno llega además en un momento complicado a nivel de mercado.
“Veníamos muy mal parados, no hay demanda y no hay precio. Sabemos cómo está el país. El productor está vendiendo muy por debajo del costo de producción. Imagínese que hoy estamos vendiendo un cajón cosechero de 30 a 35 kilos al valor de un litro de gasoil en las estaciones de servicio”, indicó el titular de la Federación.
Y a continuación agregó: “Es muy difícil trabajar de estar forma y las autoridades lo saben. Hemos elevado reclamos pero seguimos a la espera de una solución. Sabemos que no es fácil pero tampoco es imposible”.
Además de destrozos productivos, el granizo ocasionó voladuras de techos, anegamientos en cloacas y desagües, y se detectó también una importante mortandad de aves como loros, gorriones y palomas.