Los “premios” de precios ofrecidos por el maíz con entrega en los puertos de Bahía Blanca y Quequén desaparecieron con las mejoras logísticas logradas en las terminales del Gran Rosario a partir del crecimiento del nivel del río Paraná.
Los puertos del sur bonaerense son fundamentalmente una vía de salida de trigo y cebada, dado que su zona de influencia es precisamente la principal productora de ambos cereales. Pero en los últimos dos años, debido a una bajante histórica del río Paraná, las terminales de Bahía Blanca y Quequén se transformaron a la fuerza en puertos maiceros, para lo cual los exportadores debieron abonar en muchas oportunidades “premios” sustanciales para originar mercadería.
Sin embargo, con la progresiva recuperación del nivel del río Paraná, que permite completar cargas de maíz en los puertos del Gran Rosario con mayor agilidad, los valores ofrecidos en los distintos orígenes tendieron a igualarse.
De todas maneras, eso no implica que, ante el abultado volumen de maíz que está exportando Argentina, vaya a prescindirse de los servicios aportados por los puertos bonaerenses, especialmente porque la emergencia hídrica aún no finalizó.
“Si bien las condiciones son en general mejores que las observadas en 2020 y 2021, la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes iniciado en marzo de 2020”, explica el último informe sobre la situación del Paraná emitido por el Instituto Nacional del Agua (INA).
El último informe oficial de buques anunciados indica que entre esta y la siguiente semana se prevén embarcar 2,27 millones de toneladas de maíz desde los puertos del Gran Rosario, 709.176 toneladas desde las terminales de Bahía Blanca y 160.115 desde Quequén.