Siempre es un placer escuchar a Nelson Illescas, el titular del INAI (Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales), aunque lo que tenga que decir no resulte placentero. En este caso, el especialista en las tendencias globales que afectan al agro argentino confirmó que, en este mundo convulsionado por la guerra y otras rarezas de la época, la Argentina sigue marchando a contramano que el resto del mundo agrícola, cercenando sus posibilidades productivas más que alentándolas.
Bichos de Campo entrevistó a Illescas en el contexto de Maizar, y por eso su enfoque se orientó hacia ese cultivo, el de mayor volumen de producción en el país, con más de 50 millones de toneladas. Ese mercado está tan convulsionado como el del trigo por el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania.
Nelson nos explica el por qué: “Vos tenés a Estados Unidos, Brasil y Argentina como el top tres del mercado del maíz. Y el cuarto jugador que está peleando para entrar es Ucrania. Ucrania creció muchísimo en lo que es la producción y sobre todo en la exportación de maíz convencional (es decir, no transgénicos). Entonces, el hecho que se dé este conflicto y complique muchísimo la salida de ese maíz genera disrupciones en el comercio internacional y ha provocado -como con el trigo- una abrupta suba de precios”, contextualizó.
El titular del INAI indicó que “si bien los índices de FAO han tendido a una baja en los últimos dos meses, todavía estamos en ese contexto de precios internacionales récord”, lo que abre al menos una contradicción en los países productores de granos, como la Argentina, que debe decidir entre producir y exportar más maíz para aprovechar esa suba de precios o por el contrario prioriza a su propia población, restringiendo el comercio exterior.
“Ese tironeo que está viviendo Argentina lo vive la mayoría de los países del mundo. Muchos países han aplicado restricciones a las exportaciones, no solamente al maíz sino en otros productos, agravando o exacerbando este problema de los precios internacionales muy altos”, reflexionó Illescas.
-¿Entonces hay que ser un poco más comprensivo con el gobierno, que limita nuestras exportaciones?- le preguntamos.
-Yo no digo que haya que ser comprensivo con los gobiernos (que aplican restricciones) precisamente porque estas medidas que se adoptaron tanto del lado de la oferta (restringiendo las exportaciones) como el lado de la demanda (adelantando compras o constituyendo stocks), han generado precisamente que los precios sigan subiendo. Entonces, la medida que se están tomando son precisamente todo lo contrario a lo que es necesario hacer”, indicó el especialista.
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Para el titular del INAI, entonces, lo que habría que hacer como país exportador es todo lo contrario. “Es necesario hacer avanzar en reglas claras para producir más, para tener más maíz y por ende abastecer en la próxima campaña a los mercados más relevantes”, enfatizó.
-La Argentina ha sido una activa militante contra el proteccionismo agricola y los subsidios. ¿Con la guerra corremos riesgo de retroceder varios casilleros en esta lucha?
-Eso se ha venido viendo ya desde la pandemia. Ya se veía cómo los países estaban adoptando medidas de ayudas y subsidios a sus productores, generando estas distorsiones y otros problemas en el comercio internacional. Y esto se exacerba ahora porque muchos productores empiezan a pedir ayudas, empiezan a pedir auxilios y hay países que tienen el dinero para subsidiar y hay otros que no. Nosotros estamos del otro lado. Nosotros siempre mostramos un cuadro de las transferencias de los de los gobiernos a los productores, que en el caso de Argentina es negativo, es al revés. O sea que acá son los productores lo que transfieren al gobierno.
Señores exportar del campo al puerto es un atraso de 100 años.
Se deben exportar productos industrializados…