Un equipo de científicos estadounidenses tienen entre manos un proyecto por demás ambicioso que se propone diseñar cultivos de cereales con atribuciones propias de las leguminosas.
El investigador del Instituto Whitehead Jing-Ke Weng, quien además es profesor asociado en el Departamento de Biología del Massachusetts Institute of Technology (MIT) liderará la iniciativa que pretende modificar genéticamente al maíz, el arroz y el trigo para que puedan obtener parte del nitrógeno requerido a través de la relación simbiótica con microbios fijadores de nitrógeno que se encuentran en el suelo.
Vale recordar que las leguminosas, como es el caso de la soja o el maní, tienen la capacidad de formar nódulos en las raíces a través de los cuales reciben nitrógeno de un tipo de bacterias (rizobios) a cambio de que la planta les proporcione carbono.
“Este intercambio metabólico significa que las legumbres liberan muchos menos gases de efecto invernadero, y requieren mucha menos inversión de energía fósil, que los cultivos de cereales, que utilizan una gran parte de los fertilizantes nitrogenados producidos artificialmente que se emplean en la actualidad”, explicó Weng en un comunicado difundido por el MIT.
“Nuestro objetivo es desarrollar métodos para transferir la capacidad de ‘autofertilización’ de las leguminosas a los cultivos de cereales”, dijo Weng. “Si podemos lograrlo, revolucionaremos la sostenibilidad de la producción de alimentos”, aseguró.
El proyecto, formalmente titulado “Imitación de la simbiosis leguminosa-rizobios para la producción de fertilizantes en cereales”, tendrá un plazo de cinco años y se fundamentará en los estudios de Weng sobre evolución metabólica en las plantas e identificación de las moléculas involucradas en la formación de los nódulos de las raíces que permiten los intercambios entre las leguminosas y las bacterias fijadoras de nitrógeno.
El equipo científico liderado por Weng intentará así obtener cereales modificados genéticamente con raíces que, tal como sucede en el caso de las leguminosas, puedan obtener parte del nitrógeno requerido en el suelo a través de las bacterias Rhizobium.
El proyecto representa un desafío enorme porque incorporar esa atribución en cereales sin modificar ningún otro aspecto constitutivo de esa familia de plantas no es para nada sencillo.
“Centrándonos sólo en el maíz, esto podría reducir la producción y el uso de fertilizantes nitrogenados en 160.000 toneladas. Y podría reducir a la mitad las emisiones relacionadas de gas de óxido nitroso”, se entusiasmó el científico.
El proyecto en cuestión forma parte de la iniciativa Climate Grand Challenges del MIT, la cual está orientada a obtener tecnologías que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.