El Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del departamento San Lorenzo lanzó este sábado una sorpresiva medida de fuerza en las plantas de la empresa Vicentin, que está en concurso de acreedores desde 2020 y mantienen activas sus plantas mediante acuerdos de fazón con otros operadores del negoció agroexportador.
El SOEA del departamento San Lorenzo comenzó desde el primer turno una medida de fuerza en Vicentín, tanto en la planta de Ricardone como en San Lorenzo, por la falta del pago de la primera cuota de la gratificación acordada con las empresas aceiteras, que debían concretarse el 10 de enero.
La empresa Vicentin reconoció el incumplimiento, pero pidió en un comunicado la comprensión de sus trabajadores: “La empresa no llegó a pagarlo, pagó el aguinaldo, pagó los sueldos, pero no tiene más recursos para hacer pago a esta gratificación, ya que depende de los contratos con terceros”, afirmó una fuente a Bichos de Campo.
En ese sentido, un comunciado de Vicentin dirigido a su personal explicó que “los compromisos de molienda para enero se redujeron a la mitad, pese a lo cual, la sociedad ha podido cumplir en tiempo y forma con el pago del SAC (aguinaldo) y los sueldos de diciembre. Sin embargo, en línea con lo que venimos anticipando en los últimos 3 meses y tal como lo hemos descripto detalladamente en la presentación del procedimiento preventivo de crisis, la actividad del período no ha sido suficiente para reunir los recursos necesarios para hacer frente al 50% de la Gratificación Extraordinaria No
Remunerativa acordada en la última paritaria, y que debió depositarse en el día de ayer”, reconoció.
En este punto, de escalara la protesta de los trabajadores podría ser determinante para el futuro de las plantas industriales de San Lorenzo y Ricardone, que desde la crisis que estalló a fines de 2019, cuando Vicentin anunció un ceses de pagos con un pasivo de 1.300 millones de dólares, trabajan moliendo granos de terceras empresas que alquilan sus instalaciones.
“La situación de incertidumbre en la que venimos operando en las últimas semanas requiere la máxima prudencia y responsabilidad de todos los involucrados. Necesitamos imperiosamente continuar trabajando para poder cumplir con los compromisos diarios. Actualmente tenemos contratos de fazón a cumplir que proveerán los recursos para cancelar la obligación impaga, pero no podemos dar precisión de fecha ya que, cómo hemos explicado recurrentemente dependemos del funcionamiento para poder facturar y cobrar los servicios”, avisó la firma a sus empleados.
Vicentin está a la espera de dos procesos que van en paralelo: que se acepte su Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para poder comenzar a bajar costos operativos y salariales, y que finalmente la Corte Suprema de Santa Fe destrabe la alta conflictividad judicial que se desató en torno a su concurso preventivo, que ya estaba a punto de cerrar con acuerdo mayoritario de los acreedores pero que se retrasó por otras presentaciones judiciales de otras firmas con acreencias que denuncian una estafa y reclaman un cram down de la aceitera.
“En los próximos días esperamos lograr aunar esfuerzos con los sindicatos para encontrar juntos la mejor salida para superar esta situación. Solo la homologación firme del acuerdo concursal eliminará esta incertidumbre. Cualquier otra alternativa atenta contra la continuidad de la actividad”, avisó Vicentin a su propia gente.